martes, 15 de octubre de 2013
La importancia del apresto en niños en edad pre-escolar

Por ejemplo: si se quiere aprender a montar patines, se debe iniciar con mantener el equilibrio, luego se experimenta el rodar con ayuda de otro hasta que, paulatinamente, se va soltando y patina sin apoyo.
Cuando se trata de los más pequeños de la casa, el apresto se realiza en forma gradual y planificada para que realmente estimule y desarrolle procesos, habilidades y destrezas de pensamiento. Para lograrlo se deben abordar cuatro puntos básicos, el área socio afectiva, el área motora, el área cognitiva y el área de lenguaje.
Para preparar al niño en el tema de las relaciones humanas (primera área), la estimulación debe estar dirigida a conocer a otros pares y a relacionarse adecuadamente con ellos y con otras personas de su entorno, como es el caso de familiares y demás adultos significativos.
Esto se puede lograr a través de juegos, en los cuales se promuevan actividades en distintos ambientes físicos: parques, piscinas, playas, y se hagan conocer a los pequeños las normas y valores propios de estos espacios. Estos inicios de socialización le serán de utilidad al comienzo de la escolaridad, pues se sentirá cómodo en compañía de otros pares y de otros adultos que no son mamá y papá.
El área motora, específicamente la que corresponde a los segmentos gruesos del cuerpo, requiere de actividades orientadas al conocimiento de las partes del propio cuerpo, así como sus funciones. Para tal fin, es importante planear paseos a lugares donde los pequeños tengan la oportunidad de correr, subir y bajar escaleras alternando pies, arrojar y atajar pelotas, caminar, saltar, rodar por el suelo, mantener el equilibrio caminando sobre una línea, trasladar objetos grandes y pequeños o líquidos de un lado a otro.
Además los padres deben incentivar a los niños y a las niñas a la práctica de deportes. Estas actividades ayudan al pequeño a regular velocidades, a seguir ritmos, ubicarse en el espacio y a orientarse en éste, además lo inicia en la dominancia lateral que dará paso al desarrollo pleno de la lateralidad y direccionalidad, requisitos básicos para la disposición de letras y números en el plano gráfico en el inicio de la lectura, la escritura y el cálculo.
Conjuntamente con el desarrollo motor grueso, es primordial la estimulación de las partes finas del cuerpo, por tanto, los ejercicios tienen que enfocarse en la fortaleza de manos y dedos para lograr primero la prensión, luego la manipulación de objetos, posteriormente el desarrollo de una buena pinza fina y, finalmente, la tan anhelada pinza trípode que permitirá a los chicos sostener adecuadamente los instrumentos propios para el dibujo, la escritura y el coloreado.
Estos ejercicios dan paso a la coordinación ojo-mano, proceso que permite conjugar el movimiento propio con la visión, condición indispensable para las primeras actividades escolares como son: rasgar, cortar, pegar, colorear, enhebrar, punzar, garabatear, trazar líneas, letras, números, hasta llegar a la escritura formal.
Para preparar el desarrollo de procesos en el área cognitiva, padres y madres deben exponer a sus hijos al contacto con objetos concretos que tengan características de color, forma, tamaño, grosor y texturas que le permitan discriminar, identificar, clasificar y hacer relaciones de semejanzas y diferencias entre recursos.
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